Letras a mis musas banales: bella ragazza

Parecía aburrida con la conferencia. Tomaba apuntes en su libreta roja y simulaba que le sorprendía lo que escuchaba, como si yo no supiera que ya ella sabía del tema hace mucho. Movía su lapicero incesantemente entre los dedos de su mano sin maquillar y, de vez en cuando, se lo ponía en su labio inferior. Al momento, me miró y dijo: "Voy al baño". Yo, miré sobre el marco transparente de mis lentes y asentí desprevenido, como si no me importara. Se paró de su asiento y volteo la cara. Cuando se inclinó frente a mí, me dí cuenta qué era lo que más me gustaba de ella: bajo su blusa, entre una rendija que se formaba arriba de su blue jean y una delgada liga de resorte violeta de sus interiores, reposaban cientos de pequeños poros adornados por ínfimos bellos dorados sobre su piel canela, tersa y uniforme...

...Caminó sobre la fila, empinándose, pasando entre rodillas y asientos azules. Su cabello reposaba suspendido en el aire con un vaivén tan natural como su delicadeza. Llegó al final del camino y sus piernas se pusieron firmes al bajar las escaleras. Bajó, erguida y despampanante, caminó con sus largas piernas sobre el granito del auditorio y cuando llegó a la puerta volvió su vista a su lugar. Sus ojos, adornados por unas gafas de marco oscuro, apagados pero tiernos y sinceros, se encontraron con los míos y me sonrió -Sus labios no dejan que se vea mucho, pero es linda sin que se note-. Luego, casi al instante, me percaté que quería que la siguiera, quizá que la acompañara al baño y la besara, pero yo sólo quería seguirla mirando...

...Me miró, desde dos puestos más allá. "Cuídame el puesto, vale?" -dijo mientras se acomodaba un mechón-. "Ok", repliqué. Entonces sonrió, me dio la espalda y caminó, lenta e incómodamente entre rodillas y asientos azules, para llegar a las escaleras y luego al piso de granito. La miré irse y ahí me dí cuenta lo que más me gusta de ella: ciertas posturas de indiferencia desprevenida, frescura y confianza, colisionadas con una exquisita naturalidad italo-árabe latonoamericana. Algo que es intimamente perteneciente a ella y que no podría nombrar por más que quiera. Una cierta belleza inexplicable.

Escrito por: 'Platónico'