viernes, 29 de julio de 2011

Descripción de un trágico final

 
ADVERTENCIA

Si usted es una persona para la cual la vida es color de rosa y acepta solamente las cosas buenas de la misma, absténganse de continuar con este texto, de lo contrario, abra su mente y lea a continuación aceptando lo que podrían hacer la locura y la muerte.


- No quiero seguir mas con esto… ¡no puedo hacerlo! –fue lo último que salió de su boca luego de discutir fuertemente durante un par de horas bajo la lluvia.

Supuse que en algún momento todo se reduciría a un frustrante final, pero jamás pensé que sería ella quien lo dijera, ¡debía ser yo! era yo quien quería arreglar las cosas, ¡era yo quien tenía el derecho de terminar con todo! ¿Cómo es posible que todo se vuelva en mi contra cuando no soy el culpable? ¿O quizá lo era? ¿Cuáles fueron mis errores? Los de ella fueron, numero 1, engañó, numero 2, mintió, numero 3… si… es ella quien tiene la culpa, ¿o acaso los errores de un hombre valen por 2? No, eso es imposible, somos iguales en cada aspecto humano y ¡ella cometió más!

Miles de cosas pasaron por mi cabeza en ese momento, cada segundo que pasaba mi mente ardía con rabia y desesperación al ver la seguridad en sus ojos, la seguridad de este final, la seguridad de tener la razón en cada uno de sus argumentos, argumentos que me pusieron de espaldas a la pared, argumentos que me habían silenciado aun sin tener la razón, no tenía oportunidad alguna de arreglar la mas mínima cosa, estaba perdido, todo había terminado, ahora lo sabía.

Sin embargo, cuando reuní de nuevo fuerzas para hablar y mi boca estuvo a punto de abrirse para decir algo que la hiciera responsable por esta situación… tan solo una lágrima de mis ojos brotó y empecé a sentir la angustia de perderla.

Ahora nada importaba, quien era el culpable y quien no, las cosas habían cambiado y lo comprendía. Quería que ella fuera quien rogara por tenerme, que fuera ella quien llorara y sintiera el infierno en su alma por no amarme debidamente, que fuera ella quien sufriera, y de la culpa todo su cuerpo enloqueciera, ¡Oh el placer! Pero todo era diferente, al parecer yo no era tan fuerte, ¡Oh locura! Ahora quería escapar de esta realidad y vivir en el mundo que imaginaba, a su lado sin importar las mentiras o los engaños.

Pero ya era tarde para suplicas, era tarde para cambiar de actitud, yo era aquella persona a la que la vida había dado todo, una familia, unos amigos, y todo por lo que aquellos a mi alrededor envidiaban, ¿Por qué este momento era diferente entonces?

- Vámonos ya, no pienso dejarte aquí. –añadió luego de un buen rato al verme inmerso en mis pensamientos. Me llevó a su casa, tomó una toalla y comenzó a secarme el rostro cuidadosamente. Me dejó solo, señalo hacia afuera dándome a entender que la puerta estaba abierta para marcharme y se retiro a su cuarto.

Las dudas me invadieron por completo en ese momento y no pude resistir la tentación de quedarme, -esto no podía terminar así- examiné los cuchillos en su cocina mientras mi mente seguía dando vueltas, ¿será lo correcto? estar esclavizado por mi conciencia, castigado por la tortura, uno a uno pensamientos sin sentido recorrían mi corazón y mi alma antes del fracaso o del triunfo, mientras, paso a paso me dirigía a los pies de la persona que sufriría mi trágico final, así nadie más a parte de mi podría tenerla.

Escrito por: 'Dullahan' 

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3 comentarios:

  1. Es muy fuerte este texto, pero me gusta como relatas. Que estés bien :)

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  2. Me encantó esta publicación, pero Diego, no nos dejes tanto a la espera y escribe un poco mas a menudo, que tus escritos son excelentes... :)

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  3. Si ánimo, escribe con más frecuencia que el texto está interesante!!

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